El sol le golpeaba la cabeza como un látigo de fuego. Sin embargo, Luciana aguantó estoicamente hasta que su cuerpo dijo basta. De pronto, cerca de las 11, se sintió mareada y debió buscar el cobijo de una sombra. La hipertensión le estaba pasando factura. Se quedó un rato sentada controlando el mareo, hasta que no tuvo más remedio que volver a la cola para no perder el turno. "En esto me va la vida", dijo a media voz.
Al igual que Luciana, cientos de docentes vivieron ayer un verdadero calvario en la Junta de Clasificación, ubicada en Córdoba al 600. Allí concurrieron para presentar la documentación que les permitirá mejorar su puntaje. La cola comenzó a formarse la noche del domingo con los docentes que vinieron de distintos puntos de la provincia. Pero a primera hora de la mañana la formación ya llegaba a la calle San Juan, lo que desbordó la capacidad operativa de la Junta.
El calor, la lentitud en la atención y los cortes de luz terminaron creando un cóctel que hizo enardecer a los docentes. A media mañana no aguantaron más y cortaron el tránsito en la calle Córdoba para exigir una mayor agilidad en la atención. "Es una vergüenza, una falta de respeto", gritaban algunas maestras con la ropa empapada de sudor.
En las oficinas de la Junta la situación era igualmente caótica. Muchos docentes que habían conseguido el privilegio de esperar sentados protestaban a viva voz debido a la incapacidad de los funcionarios para resolver semejante desborde. Al ver al fotógrafo de LA GACETA, uno de ellos gritó fuera de sí: "muestren cómo se trata a los docentes en esta provincia". Pero luego no quiso dar su nombre para la nota por temor a represalias.
Sistema complejo
¿Por qué pasa esto todos los años? ¿Hay manera de que el sistema cambie? Según Eva Herrera de Olivera, vocal del área de Grado, a cargo de la Junta de Clasificación, el sistema es óptimo. "Nosotros comenzamos el llamado al período de tachas el 1 de febrero. Desde entonces tuvimos una asistencia normal. El aluvión se produjo ahora, y se debió a que los docentes esperaron hasta último momento para que les entreguen los certificados originales. Eso escapa a nuestra organización", declaró.
La situación se agravó por los cortes de luz. "Eso hizo que nuestras computadoras se cayeran justo cuando más las necesitábamos", agregó. Y culminó: "el sistema de tachas que hemos implementado no es lo que provoca este caos. Por el contrario, creo que estamos mejor que nunca, porque incluso hasta por Internet es posible realizar casi la totalidad de los trámites". El llamado para el grueso de los docentes (área de grado) culminará hoy, y no se prevé por ahora una prórroga. Sin embargo, Herrera de Olivera aclaró que todos los docentes que concurran hoy a retirar los números serán atendidos durante la jornada de mañana y del jueves, al igual que los 600 turnos que se entregaron ayer.
Pasado el mediodía los docentes decidieron levantar el corte de tránsito, pero la interminable cola continuaba bajo el sol de la siesta. Luciana, un poco más recuperada, apeló a las pocas fuerzas que le quedaban y se paró nuevamente en la formación. "Ojalá consiga un número para mañana", dijo resignada.